FIN DE SEMANA DE TREGUA (by Emilio)

Con un fin de semana de tiempo perfecto que se alió con nosotros para entrenar, no todo fueron buenas noticias.
Por un lado Beni, que al estar de guardia en el trabajo, no pudo hacer un fin de semana completo de entreno, pero si consiguió hacer una buena salida en bicicleta de 96 km que le llevaron desde la Fresneda a Oviedo volviendo por Pola de Siero.
Por su parte, Marce se daba un homenaje, regalándose un fin de semana de spa después de varias semanas de duro entrenamiento y alguna que otra competición.
Emilio y Fran quedaron con Jose Morillo para entrenar un simulacro del sector de bicicleta similar al que se tendrán que enfrentar en el Ironman de As Pontes, con tres subidas del estilo de lo que se encontrarán en la cita de junio; alto de La Campa desde Lieres dos veces y el alto de La Miranda, para completar 120 km.
Desgraciadamente la cosa no salió como se esperaba; Emilio, aquejado de insomnio que arrastraba desde hacía tres semanas, y migrañas, tenía que abandonar a los 40 km. Después de acompañarle hasta el coche, Jose y Fran continuaron la marcha hasta que la cadera de Fran empezó a protestar, decidiendo parar en un muy buen entreno de 3 horas. Todo suma.
Al día siguiente, Fran disfrutaba de un día de nieve con la familia en San Isidro.

A su vez, Bau retomaba la natación de cara al Ican 57 de Gijón que se celebrará el próximo 6 de julio y completó la semana con un entrenamiento de carrera el domingo.
Tanto Bau, como Beni y Fran ya están inscritos para una prueba que debuta en Gijón y que a buen seguro será un éxito en cuanto a participación y ambiente, ya que Asturias está un poco olvidada en cuanto a este tipo de pruebas se refiere.
Mientras, en lo que es una nueva etapa profesional y deportiva en su vida, Héctor comenzaba un curso de monitor de sala, mientras busca nuevas motivaciones con las que recibir la llegada de los días en los que el sol brille con toda su fuerza.
Por último, si hace una semana Fran decía adiós a su perro Kazan, este fin de semana Casta hacía lo propio con el suyo, Chicho, al que la fatalidad hizo que lo atropellaran. Siempre que un buen perro se muere, algo de su dueño se va con él...
Valga esta entrada como nuestro pequeño homenaje a dos buenos amigos.

Kazan

Chicho