Lo mejor de todo el equipazo y buen ambiente, ya que son muchas horas entrenando y contándonos las penas, pero sobre todo, muchas las risas y los entrenos o carreras, que acabamos con una sonrisa en la boca y una cerveza en la mano.
El Ironman no es el final... ¡Es el comienzo! Los nervios están a flor de piel, pero los deberes están hechos. ¿Cuántas veces habremos pronunciado la palabra Ironman estos últimos nueve meses?... ¿Cuántas veces habremos pensado que nos queda grande o que no lo vamos a acabar?... Lo importante es que nos ha unido, que compartimos el mismo espíritu y manera de enfrentarnos a la vida y a sus problemas.
Sabemos que el resultado es lo de menos y que no importa si no acabamos; lo que verdaderamente importa es que:
- Hemos disfrutado del camino y que para llegar donde nunca habíamos llegado, hicimos lo que nunca habíamos hecho.
- Sabemos que nunca es tarde y que lo que no nos mata nos hace más fuertes.
- Somos inasequibles al desaliento y que no hay excusas para que nada nos pare.
- Sabemos que solos vamos más rápido, pero acompañados llegamos más lejos y que tenemos que vivir nuestra vida por nosotros mismos.
- Sabemos que... ¡SI QUIÉS, PUÉS!
¡Que la fuerza y el espíritu Trimineitor os acompañe!
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